Un punto de encuentro para ciclistas que quieren compartir experiencias, consejos, amistades.


Ciclismo para viajeros

Cuando decidimos emprender un viaje en bicicleta, hay muchas dudas e inseguridades que nos asaltan: ¿debo ir acompañado?, ¿qué repuestos debo llevar?, ¿qué herramientas son las escenciales? o, ¿cuál es la ruta más interesante para llegar sin romper la bicicleta? Al menos a mí me ocurrió de esta forma. Es por esto que nace Ciclista Viajero, para aclarar algunas de estas dudas entre todos los que quieran aportar con su experiencia, viajeros, pedaleros, mecánicos, gente del mundo y de las ruedas 26' 2.0

martes, agosto 24, 2010

El viaje / Travelling


Un estado suspendido, atemporal, descontextualizado, virgen, unico, irrepetible, audaz, emocionante, iluminado, brillante, lleno de instantes fugaces y también eternos: el viaje.

Llena el espíritu, responde las cuestionantes que invaden la mente constante-mente, avanza siempre y las decisiones son tomadas en el instante, el instinto está presente en ellas, el rumbo es sagrado. El camino está lleno de sorpresas, que al final no sorprenden pero eso no las hace ser menos sorprendentes. Gente se acerca a ofrecer su espacio para que pases la noche, los policías de pronto se visten de blanco y responden amablemente a tus dudas. Quizás eso ocurre sólo al sur, al sur de Chile y al sur de Argentina, quizás debiera recorrer el mundo entero para poder responder a esta reciente pregunta. El contexto; el sol, la lluvia, el calor y el frío son los amigos que te rodean, aunque probablemente tengas algunos adelante y otro más atrás en la ruta. Algunos suizos que nunca faltan con sus bicicletas equipadas con los mejores instrumentos de ciclonavegación disponibles y una voluntad admirable para ser amistosos, siempre atentos y muy buenos compañeros de ruta. Pero uno pedalea solo. Adelante de tu naríz está la línea de la ruta o la huella del sendero, o simplemente un campo nunca antes pedaleado, rocas de un río helado y la suerte que te entrega el navegar con el norte en el instinto, es realmente impresionante. Uno aprende, todo el tiempo. Cada vuelta de la rueda, cada palabra conversada con ese extraño que de pronto se te hace más familiar, el aprendizaje de la ruta es algo único. El viaje es la mejor terapia de vida. A vivir viajando! y mucho mejor y más autónomo en bicicleta! Y si comienzas por el sur de Chile o tienes que pasar por acá, sin duda la mejor parada es La posada de Pichiquillaipe.

lunes, agosto 09, 2010

The feeling


La reunión perfecta entre el silencio y el sonido del viento. Uno mismo y su entorno y todo lo que pueda haber en la mente y en el alma en esos momentos. No se puede escapar, estás ahí, sentado en la bicicleta, con todo lo que piensas y sientes y debes enfrentarlo, resolverlo. Casi como una figura literaria, vas resolviendo y vas avanzando, la bicicleta siempre avanza hacia adelante, aunque cambies de dirección, vas hacia adelante. Vivir en ese proceso, en el viaje, con esta compañera que no exige palabras, que es una amiga que te acompañará todo lo necesario, debes conocerla bien y saber comunicarte con otros códigos, para que no falle, para que soporte todos los kilómetros con peso que necesitas completar. Y ojalá que no exista tal límite, que la vida te permita un viaje sin unidades de medida, más bien, que la unidad de medida sea la experiencia que vayas obteniendo en este viaje de aprendizaje. La carretera Austral ofrece una alternativa segura y un lugar muy especial para descansar, reponerse, reabastecer y continuar el rumbo: La Posada de Pichiquillaipe. La iniciativa nace de un cicloturista de alma que luego de un viaje exploratorio por el sur de Aregentina, vuelve a Chile por Futeleufú, cruzando a Chiloé y finalmente Puerto Montt. En este lugar tuvo que escoger y construir un hogar, junto con dos amigos, encontraron esta casa en Pichiquillaipe. La Posada ha recibido a muchos turistas desde que estos tres amigos habitaron el lugar. Todos ellos han expresado mucha emoción al salir de ahí, con nostalgia y ansias por volver. Pichiquillaipe es un lugar especial. A tan sólo 100 metros de la playa y envuelto en pequeños bosques de árboles nativos, arrayanes, canelos, maqui e incluso alerces, ofrece un entorno perfecto para la exploración y el cicloturismo. Puedes dormir dentro, en una pieza muy acogedora, o fuera, en el campo con tu propia carpa. Puedes lavar ropa, pedir desayuno e incluso arreglar tu bicicleta en el taller habilitado. Y continuar el viaje rumbo a lo desconocido, que aunque hayas venido antes, siempre tendrá nuevas personas, nuevos caminos y nuevas experiencias esperando por tí.

We speak english very well and we love the bike as much as you do, so let´s get invited to this special place where the love is the only rule.

If you don´t have a bike in Chile, we have one for rent, totally equipped for a nice and safe trip around the Austral Road. Waterfalls, woods, beach, national reservations are waiting for you around La Posada de Pichiquillaipe. Please fell wellcome to contact us and share here in south.


Best of luck!


La Posada group.

martes, agosto 03, 2010

El viajero / ofrendas


El respeto es la única regla del viajero. No sólo para el viajero será esta regla primordial, quizás. Seguramente a todas las personas, independiente de su condición o calidad, el respeto a todo lo que ocurra en ese trayecto es lo que permite que todo salga bien. Viajamos en paz, emitimos esa energía y la vida nos devuelve buenas vivencias, viaje sin problemas y más bien, con sólo buenas experiencias. Unas tiritas de muchos colores, todas agrupadas, son un elemento protector que invoca ángeles según tradición brasilera. No hay realmente cómo corroborarlo, pero no está demás llevar consigo una mochila cargada de ángeles pedaleros. Hay que llevar algo para ofrecer a cambio de pasar la noche de manera segura, en el patio de una casa, en un parque privado. No es que lo pidan a cambio realmente, es que se pasan de buena onda y es rico poder retribuirla con un presente. No tiene porqué ser algo comprado, ni necesariamente algo material, más bien, una habilidad, algo que sepamos hacer y podamos entregarlo a otro a modo de ofrenda.

Una vez llegamos a casa de los Muñoz, en el bolsón. Gente linda, muy amable, se ofrecieron apenas nos vieron en la calle a que durmieramos en su jardín. Y nosotros vimos que ellos tenían un poco de leña en el suelo, en si jardín, mientras una leñera desde el fondo nos miraba con cara de llénenme de leñita a cambio de esta ayudita. Los muñoz eran gente de unos 65 años, sin duda no era tan facil para ellos apilar la leña como lo era para nosotros. En otra ocasión, necesitabamos dormir en Futaleufú. Un gringo loco era el encargado del local de rafting, al ser consultado por si podríamos acampae en su jardín, no accedio inmediatamente. Yo me había percatado de que tenía unas bicicletas en estado deplorable y me ofrecí arreglarlas sin costo, ahí la disposición del grindo se puso de nuestra parte y pudimos descansar en el lugar.


Así que vayamos poniendonos en actitud de viajeros, aprendamos algunas habilidades y llevemoslas con nosotros durante el viaje.


Saludos ciclo viajeros!